lunes, 5 de mayo de 2014

Alejarse.

Hay quienes creen que viajar va a darles respuestas mágicas a sus enormes incógnitas. Cómo si las respuestas a nuestras necesidades vinieran en una gran caja y que por error a caído en el país equivocado. Es sólo encontrar la caja, abrirla y ser fantásticamente feliz.

Es como si creyeran que la felicidad viene del exterior, cómo si el entorno pudiera decirnos quiénes somos, qué queremos, qué deseamos, qué buscamos. Es como si olvidaran que quién viaja es el mismo, que sus miedos son los mismos y sus necesidades también. Y cuando los mismos problemas nos encuentran en un destino nuevo, es cuando nos golpea la realidad de que responsabilizar al entorno de nuestros conflictos es un mero acto de cobardía.

Porque ese nuevo destino sí puede cambiarnos y darnos respuestas pero no porque nos abra puertas nuevas, ya que esas puertas no llevaran a ningún lado si tenemos temor de cruzarlas. Ese nuevo entorno lo que nos permite, si lo dejamos, es escuchar a nuestro propio interior y comenzar a buscar los verdaderos deseos que tenemos dentro, pudiendo dejar de lado prejuicios y costumbres. En nuestro propio lugar estamos tan habituados a los ruidos del afuera, a las responsabilidades, a la rutina, a las obligaciones... que olvidamos de darnos ese momento de charla con uno mismo, ese instante de preguntar "para dónde sigo?". Al darnos un aire nuevo tenemos esa oportunidad de volver a reconectar y descubrir lo más difícil que tenemos para conocer: a nosotros mismos.




Yo bien creo que la constante práctica de este diálogo (mediante a los constante viajes y cambios de entorno, tal vez) es lo que hará que un día nos sorprendamos a nosotros mismos, en nuestro propio hogar, pudiendo preguntarnos todo lo que necesitamos, sin tener que huír.

Sin embargo no hay por qué pensar que esto trae respuestas. En lo personal... pude responder algunas cosas que solamente me abrieron más incógnitas. Aunque también creo que ahí esta el sabor de vivir. El día que dejemos de preguntarnos para donde caminar, será el día que ya no tenga sentido seguir andando por los caminos del destino.

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