Orgulloso.
Compañera.
Gracias.
Dicen que hacer un balance del año que pasó siempre es bueno… sea o no lo sea yo siempre lo hago aunque a veces me suene medio ridículo.
Hoy, primero de enero puedo decir que sigo siendo en mucho lo que era el año pasado y en poco cambié (lamentable, sí). Me sigo mordiendo las uñas, comiendo con la mano, hablando como un pibe, usando topper mas que sandalias, teniéndole miedo a los insectos, un carácter de mierda y más ropa negra que de color. Sigo siendo orgullosa y bastante fría, desconfiada, miedosa, insegura, dependiente de algunas cosas, indiferente con otras, imposibilitada para expresar lo que siento, negada a pedir demasiadas explicaciones, celosa que da asco, fanática de los olores personales de la gente, un poco violenta, bastante mandona, melómana, demasiado autocrítica y completamente tendiente a sentir culpa por cosas que no son tanto culpa mía. Sigo tomando alcohol y haciendo boludeces, llorando de bronca, contestándole mal a mis viejos (hasta cuando no tengo motivos), llenándome de actividades la tarde para evitar pensar en los problemas aunque eso signifique el agotamiento físico, gritándole a la gente a veces de la nada y tirándome abajo cuando una cosita chiquita me sale mal, desbaratando grandes planes por nada… solo por no confiar en mi.
Sigo queriendo hacer hasta lo imposible por ayudar a mis amigos, guardándome enojos y dolores para poder disfrutar lo bueno del otro y por sobre todo viéndole lo bueno a la vida creyendo que sin lo malo sería al pedo estar acá.
Aprendí a enamorarme el arte marcial que práctico y al que me gustaría poder dedicarme más, a cortar algunas cosas que hacen mal aunque todavía no de raíz, a trabajar hasta el cansancio, a adorar las películas, a amar participar en ellas, a valorar a los verdaderos amigos. Rompí madera, arreglé un Power, escribí un guión de largo muy malo, registré en Derechos de Autor, gané medallas, conocí que gente que aprecio mucho y le perdí el miedo a las escaleras altas. ¡Ah! Y lavé por primera vez en lavarropa… sola. Esos fueron mis logros del año.
El año que viene quiero dirigir mi primer corto, aprender a usar una cámara, hacer un giro de talón sin caerme, no ponerme nerviosa en torneos, seguir manteniendo a los amigos increíbles que tengo, ver las películas que tengo pendientes, medirme con el alcohol, aprender a manejar y cocinar casi tan rico como mi viejo. ¡Ah! Y tener un perro, un boxer preferentemente.
Por un buen año 2010 para todos,
por las pequeñas cosas y las grandes alegrías.
Salud.